MVC eli5

So having gone through more than half of my tenure at the Flatiron School for Software Engineering I finally get a better idea of how the frontend marries the backend. Often times though a user…

Smartphone

独家优惠奖金 100% 高达 1 BTC + 180 免费旋转




Y chau manchas

Sentarse a ver televisión puede ser tan adormecedor como revelador.

Hace minutos que paseo entre canal y canal buscando algo para ver. No sé por qué me detengo a ver la típica publicidad de detergente para la ropa en la que muestran una tela de muy muy cerca girando dentro del lavarropas y se ve cómo las manchas salen hacia arriba y se evaporan, dejando a la tela como nueva.

Hoy, por primera vez, veo eso y me siento identificada. Siento que de a poco me voy quitando las manchas que vengo acumulando y que creí que eran indelebles. No tengo pruebas de que se hayan ido, es más que nada una sensación y, sobre todo, una decisión.

Para que no quede solo en algo sensorial, lo llevo al papel para fijarlo en mi mente y en mi corazón, como una especie de nuevo testamento para mis próximos días/meses/años:

Después de que Lau me pasarla los datos de la sanación energética, le mandé un mensaje a Sebastián, el chamán.

Dudé, y mucho, antes de escribirle pero si hay algo que quiero que rija esta nueva etapa de mi vida es no quedarme con la duda. Así que, aunque soy muy racional, prefiero tratar de abrir mi mente y probar a ver qué es y qué me provoca.

Quizás “sanación” es un concepto demasiado pretencioso, así que me planteo pasar un lindo momento de introspección e intentar dejarme sorprender.

Salgo tarde del trabajo y literalmente corro cual atleta entre la estación de subte y la dirección en la que me citó Sebastián. El timbre de su PH no funciona así que le aviso por mensajito que ya estoy abajo (mientras me seco la transpiración de la frente).

Me abre la puerta y entre sus piernas pasa un perro desesperado por llegar al primer árbol que encuentra.

— Es del vecino, ahora él le abre para que vuelva a entrar. Hola Vera, cómo estás?

Sebastián es alto, está vestido con jeans y remera blanca y usa unas ojotas que dejan ver sus enormes y feos dedos.

Subimos la escalera, pasamos por una terraza lena de cactus y suculentas que rodean un buda y entramos en una sala donde hay dos sillas y una especie de camilla baja, casi al ras del piso.

Nos sentamos enfrentados en las sillas, a pocos metros de distancia.

— Contame por qué estás acá?

Dudo si contestarle genéricamente o ser específica pero ya que vamos a trabajar sobre la energía, mejor dirigirla a buen puerto:

— Vengo como un poco contrariada respecto a mi vínculo con los hombres.

— Ok…

Hace un silencio que siento eterno.

— …yo ahora voy a percibir tu energía en silencio. Por ahora no me cuentes nada más.

Se pone en una pose similar a la de “El pensador”, de Rodin y cierra los ojos. Si su silencio posterior a mi primera respuesta me parecieron eternos, estos minutos que se toma ahora redefinen el concepto de eternidad.

Quiero reirme, claro, pero me censuro. No vine acá a burlarme así que me concentro en creer, aunque se por un rato, que esto puede sumarme en algo.

Cuando vuelve a emitir palabras, Sebastián, sin aún abrir los ojos, declara:

— Percibo miedo y distancia.

No dice nada más y yo no sé si tengo que hablar o dejarlo explayarse. Me quedo callada.

Abre los ojos y me mira.

— Eso es lo que me transmitís y muy probablemente eso es lo que los hombres con los que te vinculás sientan al conocerte.

Me parece un poco apresurada la conclusión pero otra vez decido no juzgar la propuesta y seguir adelante.

— Contame, cómo es el vínculo con tu papá?

Lo que siguen son cuarenta minutos de charla en los que Sebastián el chamán relaciona lo que hablamos con conceptos de psicología, filosofía y espiritualidad.

En un momento me pide que cierre los ojos y propone distintas consignas para que imagine escenarios diversos y los relate.

— Ahora con todo esto que hablamos y lo que yo percibí de vos, la idea es alinear tu eje y para eso te voy a pedir que te acuestes ahí.- dice mientras señala la camilla que observé al llegar.

Ok, llegó la hora de intentar relajarme. Por suerte Lau me contó más o menos en qué consistía la sesión y me aclaró lo más importante: “No te preocupes que en ningún momento te va a tocar”.

— Te voy a tapar los ojos con esta tela y el cuerpo con esta mantita, para que no tengas frío cuando te vayas relajando.

Sonidos de agua y semillas

Aromas que salen de un spray

Eso escucho y siento durante los varios minutos que dura esta parte de la aventura. En un momento se me corre un poquito la tela de los ojos y no puedo evitar ver que sus dos manos están a diez centímetros de la zona de mi panza y tiene una piedra en cada una. Hace movimientos circulares. Me obligo a cerrar los ojos para no potenciar mi alma controladora y no intentar entender algo que probablemente no tenga un costado racional.

Me avisa que terminó y que me quede unos segundos en la misma posición para procesar todo y levantarme cuando esté recuperada.

Recuperada de qué? Me pregunto en silencio y deduzco que lo que acaba de pasar debería haberme conmovido de alguna manera. Lamento que no sea así, de verdad. Me gustaría sentir algún tipo de iluminación o emoción o al menos quedarme dormida por la relajación pero nada de eso sucedió.

Me siento en la camilla y Sebastián me espera parado con un vaso de agua.

— Tomá, para que te vayas reponiendo. Cómo te sentís?

No quiero hacerme la superada o subestimar su tarea así que respondo un escueto “Bien”. Se queda mirándome y me siento obligada a decir algo más:

— No me resulta tan fácil relajarme ante situaciones como esta.

— Se nota!,- dice sonriendo y casi elevando la voz por primera vez- No te preocupes, cada uno va asimilando esto como puede. Te aseguro que de a poquito vas a sentir los efectos de esta sesión.

— Genial,- le respondo mostrándome más crédula de lo que estoy.

Me acompaña a la puerta y me despide con un beso y una propuesta:

— Cuando sientas que necesitás volver, llamame y te espero.

Estoy contenta de haber hecho esto y creo que el cambio tiene más que ver con eso que con lo que efectivamente pasó ahí adentro. No me siento movilizada por la sanación energética de Sebastián pero sí por mi decisión de dedicar mi energía a seguir conociéndome, priorizándome y celebrándome.

Y a dejar salir las manchas que de indelebles no tienen nada.

Leé la historia anterior aquí
Leé la siguiente historia aquí

Soy Vera y publico esta y otras historias en mi blog El Juego del Paquete. Te invito a leerlas desde el comienzo, aquí.

Add a comment

Related posts:

Sleuthing for Answers in Your Own DNA

I was curious to see how difficult it would be to use direct-to-consumer (DTC) DNA test results to figure out if a person had a mutation that caused a specific genetic disease. A colleague donated…

The Religious Case for Greater Uncertainty

Speaking from the perspective of a lifelong Catholic, I think Catholicism can often get too caught up in doctrine and tradition. I’m sure other religions suffer from this problem as well. I respect…

Taking A Break From The News

Back in March 2020 when the pandemic first started, I found myself caught up in the news every night and I was allowing it to heighten my anxiety. I didn’t see the negative effects at the time it was…